Que si el amor es paloma,
que si es gaviota empinada en el mástil,
que si el amor es esa lagartija,
mimética quien metamorfa colores
del tronco al polvo;
que el amor es el viento,
cuyo remolino nerviosa a la hojarasca;
que el amor es la ola,
es el arrecife, es la arena;
que el amor es el pez silencioso
atravesando las distancias infinitas,
profundas, insondables;
que el amor es un ordenador
descifrando lo adivinable
más allá de lo invisible;
pues no, no, no;
el amor eres tú misma,
sólo tú y nadie más que tú.